Las ciudades inteligentes son aquellas que integran la tecnología en su planificación urbana para abordar cuestiones medioambientales, mejorar la eficiencia energética, gestionar eficazmente los residuos y descarbonizar el transporte. Estas “ciudades inteligentes” o ciudades 4.0 surgen de la necesidad de digitalizarse y transformarse estratégicamente para hacer frente a retos globales como la superpoblación, la escasez de recursos y la contaminación. A continuación, se presentan cinco ciudades que han liderado esta transformación tecnológica:
Desde 2015, Zúrich se ha distinguido como uno de los modelos europeos de sostenibilidad e innovación urbana. La ciudad ha implementado una serie de medidas que la posicionan como un referente en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Zúrich ha logrado una alta calidad de vida para sus ciudadanos mediante la construcción de edificios sostenibles, la promoción de la movilidad inteligente y la gestión innovadora de los recursos.
Una de las principales iniciativas ha sido la conexión eficiente de sus más de 410.000 habitantes a través de una red de trenes eléctricos de alta velocidad que no emiten gases de efecto invernadero, facilitando un transporte automatizado y eficiente en todo el continente. Además, Zúrich ha sido pionera en la implantación de edificios de bajo consumo energético o cero emisiones, con sistemas automatizados de calefacción, electricidad y refrigeración.
El compromiso de Zúrich con la tecnología se refleja en su infraestructura de última generación, incluida una de las mejores conexiones a Internet del mundo, lo que ha fomentado un ecosistema empresarial orientado a la mejora continua de la gestión urbana and be a smart cities.
La capital noruega, Oslo, destaca por ser líder en la adopción de políticas orientadas a la economía circular y la sostenibilidad. La ciudad ha puesto en marcha medidas innovadoras para reducir el tráfico de vehículos, eliminando paulatinamente plazas de aparcamiento y fomentando el transporte público, la bicicleta y la movilidad peatonal. Espacios que antes se utilizaban para aparcamientos se han reconvertido en zonas para bicicletas y peatones.
Uno de los objetivos más ambiciosos de Oslo es la reducción de residuos. La ciudad ha puesto en marcha políticas que fomentan la reducción, la reutilización y el reciclaje de materiales, como el impuesto sobre residuos, que cobra a los hogares y las empresas en función de la cantidad de residuos generados, incentivando así una mejor gestión de los mismos.
Oslo también ha fomentado la construcción de edificios autosuficientes energéticamente, la reutilización de energía en hoteles y proyectos que generen impactos positivos en el medio ambiente. Además, la ciudad ofrece apoyo financiero y asesoramiento a las empresas que adoptan prácticas circulares, lo que ha impulsado la economía verde en la región.
La capital de Australia destaca por su apuesta por la movilidad sostenible y la abundancia de espacios verdes. En los últimos años, Canberra ha visto materializarse importantes proyectos de Smart Cities, especialmente en el ámbito de la movilidad. Entre los ejemplos más destacables se encuentran la implantación de billetes inteligentes, la ampliación de la cobertura de los patinetes eléctricos y la distinción de ser la primera ciudad en contar con un autobús eléctrico en funcionamiento permanente. Estos avances acercan a Canberra a su objetivo de establecer una red de transporte público de cero emisiones. Además, la ciudad no se limita a la movilidad, ya que también está reforzando sus sistemas de ciberseguridad a través de diversos centros especializados.
Copenhague, una de las ciudades más pobladas de Dinamarca, ha apostado por la adaptación de los espacios públicos, la promoción de las energías renovables y la implantación de un plan de movilidad sostenible. El 62% de la población utiliza la bicicleta como principal medio de transporte. La ciudad también integra el uso de Big Data y sistemas de monitorización para coordinar los departamentos de planificación urbana y energía con el fin de reducir el consumo energético y minimizar la huella hídrica.
Lausana, capital del cantón de Vaud, está desarrollando dos grandes ecobarrios en el norte y el sur de la ciudad, que se espera que acojan a casi 20.000 habitantes en 2022. Al igual que en Zúrich, los ecobarrios de Plaines-du-Loup en el norte y Près-de-Vidy en el sur de Lausana serán certificados como zonas de 2000 vatios. Los edificios residenciales y comerciales cumplirán con los más altos estándares medioambientales y energéticos, tanto en su construcción como en su funcionamiento. Además, Lausana está revisando exhaustivamente su política de transporte y gestión de residuos.
¿Conoces otras ciudades inteligentes y qué buenas prácticas las han situado en esa categoría?